Reorientacion laboral en la migración: Reflexiones sobre el pasado y pasos hacia el futuro

Llegas a un nuevo país y te enfrentas al desafío de encontrar un trabajo. Hay una cita de Kierkegaard que dice: “La vida solo se puede entender mirando hacia atrás, pero se vive mirando hacia adelante”. En mi rol de coach laboral para mujeres migrantes aquí en Alemania, esa frase cobra mucho sentido.

En mi día a día como coach, me encuentro con personas en pleno proceso de cambio, de alguna forma relacionada con la migración. Muchas veces ya no pueden desempeñar su antiguo trabajo, o justo han migrado para tener mejores posibilidades laborales. Y estos cambios a menudo están relacionados con otros cambios personales: pareja, separación, hijos, salud, etc. En esos momentos de transición surgen un montón de preguntas: ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Qué quiero realmente? ¿Qué es factible y qué me hará feliz de verdad? ¿Qué cambio estoy buscando?

En estos momentos, mirar hacia atrás, como decía Kierkegaard, se vuelve importante. ¿Qué me impulsó a estudiar lo que estudié? ¿Qué me gustó de ese trabajo? Las historias que escucho son muy variadas y reveladoras: a una mujer se le iluminó la cara al recordar su pasión por la química del cuerpo humano y por eso se hizo médico anestesista, otra experimentaba con telas y colores desde niña y se hizo decoradora. Y no hace falta tener una “pasión”; algunas veces la casualidad o unas circunstancias te van llevando: se me daban bien los números, así que me hice contable; estudié derecho porque mi padre era abogado… Hacemos un trabajo biográfico.

Hemos mirado al pasado para entendernos mejor. Ahora toca enfocarnos en el presente: ¿Todavía me mueven esas mismas motivaciones? ¿He cambiado? ¿Cuáles son mis prioridades ahora? Quizás ahora me es más importante la estabilidad económica, porque tengo hijos o he tenido ya muchos trabajos precarios.

Al echar un vistazo al pasado y reflexionar sobre mi trayectoria, puedo definir mejor qué es lo que quiero ahora. Y una vez que tengo más claro el objetivo, toca confrontarlo con la realidad: ¿Es realista? ¿Qué pasos tengo que dar? ¿Qué oportunidades laborales se ajustan a lo que busco?

Vamos definiendo la estrategia, hacia dónde quiero ir, cómo puedo hacerlo. Y una vez encontradas ofertas de trabajo adecuadas, me tengo que presentar. Quiero que la persona que lea mi CV piense: “Encaja perfectamente en lo que buscamos”.

Ahí es donde entran en juego la carta de presentación y el CV. Volvemos a irnos al pasado para hilarnos con mi situación actual y la oferta a la que aplico. Estos documentos no son simples listados de mis experiencias pasadas. Lo que realmente importa es transmitir mi motivación, mi pasión, eso que me hace única y valiosa. Usar mi experiencia como trampolín para lo que quiero hacer ahora. Por eso, tomarse su tiempo para prepararlos, reflexionar un poco y ser sincero sobre tus motivaciones, es clave.

Hacer este trabajo es muy util para poder retomar la vida con la mirada puesta en el futuro.

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